Hace 400 años los habitantes de la Villa de Córdoba vivián, trabajaban, estudiaban, y tenían momentos de ocio a la usanza de la época. Los nombres no fueron la excepción a la regla y como ejemplo basta un botón:
Don ANFILOQUIO Villagra
Doña DOMITILA Vélez de Carmona
Don CELANOR Ortíz...
Perlitas que vale la pena sacar a la luz y que hoy nos despiertan curiosidad y a la vez respeto por aquellos seres anónimos que fueron parte de una época.
Si aún no han definido un nombre para sus hijos, nosotros podemos ayudarlos. Va con onda...
Hola señores, gracias por el dato.
ResponderEliminarLo voy a tener en cuenta para mi próximo hijo.
Excelente su trabajo. Espero con ansias por mas información.
Para agregar,debo decirles que dentro de mi familia, es anecdótico los segundos nombres de los herman@s de mi madre...Cada juntada con primos , es tema fijo de charla...Van los ejemplos: Fortunata, Celedonio, Petrona,Cándida y más que no me vienen a la memoria....
ResponderEliminarExcelente blog!!
Queridos amigos,
ResponderEliminarponer a disposición del mundo y con tanta frescura la escencia de la vida en Córdoba de aquellos años tan felices pero no por ello difíciles, donde lo más exquisito de aquellas lejanas tierras de América del Sur eran las construcciones jesuítcas, es una noble labor plasmada en este blog.
Sus relatos recrean con gusto, placer y graciosamente la vida de una época lejana que no debe ser ajena para ningún cordobés ni argentino.
Y permitanme decirles que es un placer poder compartír desde algún lugar en el mundo estas narraciones que sin duda haré llegar a todos mis conocidos aquí, en la Université Montpellier III Paul Valery, y también a toda mi red académica de Francia.
Abrazos de una amiga y fiel seguidora,
Alicia Campana Molina - Montpellier, Francia.
Hacer un paralelo entre Cluny (Francia) con su abadía, que cumple este año 11 siglos de existencia, y el patrimonio Cordobés podría parecer una extraña equivocación.
ResponderEliminarSin embargo, ambas ciudades fueron ante todo, un faro cuya luces en su momento supieron dirigir miles de fieles y ordenar una paz y un equilibrio social durante muchos años.
El destino, la revolución francesa, o bien las decisiones políticas de aquellas tierras del sur, dejaron caer estos centros culturales en ruinas. Hoy, con casi 15.000 kms de distancia, la luz vuelve a nacer gracias a la voluntad de algunos.
Lejos de las ideas religiosas, pero convencido que una sociedad no puede crecer sin asimilar su memoria, saludo el trabajo de estos anónimos que siguen creyendo que la cultura pertenece a todos y que las ruinas son libros abiertos sobre el presente.
Con toda mi admiración para este valiente trabajo, desde Cluny (Borgoña),
Mr Stéphane Durand Samper
Muchísimas gracias por estos hermosos comentarios. La verdad es que nos alegra que este blog llegue a lugares tan lejanos como Francia.
ResponderEliminarDesde los inicios de éste trabajo, nos planteamos la misión de contar, de brindar al otro algunas fascetas de nuestra cultura, de nuestro arte y de nuestro credo. Gracias a ustedes pretendemos seguir esta senda.
En las próximas entradas tenemos previsto agregar música virreinal, detalles de la vida durante la colonia y demás condimentos que hacen al legado de la Compañía.
La memoria es algo que debemos preservar para poder aprender de nuestros errores y contemplar nuestras grandezas. Un pueblo que desconoce su historia es imposible que avance.
Gracias amigos, brindamos por Uds. y les prometemos más.
Guillermo y Leandro.